Los pinamarenses miran con recelo la escabrosa interna desatada en el PJ local, los entuertos del destituido intendente Roberto Porretti y las maniobras del actual, Rafael De Vito. Además, observa el accionar de Blas Altieri, poderoso ex jefe comunal, regente del vecinalismo; y el resurgimiento del radicalismo, de la mano de la docente y electa nuevamente concejala Mercedes Taurizano.
La posibilidad de que se convoque a elecciones ejecutivas, tras el pronunciamiento de la Suprema Corte y el llamado del gobierno provincial, es una situación que para muchos podría servir para aquietar las intempestuosas aguas del afamado balneario.
En eso está Porretti, que presentó ante el máximo tribunal un pedido de desestimación, por el cual solicita dejar sin efecto el juicio que había iniciado contra el Concejo Deliberante por supuesto conflicto de poderes, cuando este cuerpo aprobó su destitución. El trámite, que no dejaría más opciones que requerir el llamado a elecciones (convocatoria a cargo del Ejecutivo provincial), se demoró por la negativa del Deliberante, que teme un retruque judicial del ex intendente.
“Habiendo sido electo concejal en estas pasadas elecciones con la mayoría de los votos, Porretti entendió que políticamente tenía la legitimación del pueblo, y que no correspondía seguir teniendo una controversia con la comuna; por eso decide desistir del conflicto por destitución”, explica Carlos Andreucci, abogado del flamante edil.
La pregunta ahora es si están las condiciones políticas dadas para elegir en elecciones a un nuevo jefe comunal.
Dicen que desde el gobierno bajaron la orden de mantener las cosas como están y no agitar más la interna del PJ.
Pero esa situación, teniendo en cuenta
el grado de virulencia mostrado por las partes, parece un horizonte algo lejano.
La carpa instalada por Porretti enfrente de la intendencia, a modo de reclamo para que se convoque a elecciones, provocó el primer gran pronunciamiento de vecinos
y empresarios. Las reuniones de Blas Altieri, del vecinalismo, con De Vito, generaron fuertes rumores, y el temor por la vuelta del ex intendente al ámbito ejecutivo, esta vez con traje de asesor. La reaparición del radicalismo también motivó toda clase de suspicacias, a tal punto que muchos ven en la electa concejala Taurizano una muy buena candidata a jefa comunal. Frente a este panorama, y mientras se agurda la confirmación de los comicios, los vecinos miran con mayor preocupación el futuro de Pinamar. Una ciudad que supo ser la más visitada y hoy parece no poder zafar de los escándalos.
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